La historia detrás del acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán
31 de enero de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us
Mientras esto ocurría, resolvieron otros dos asuntos que en el pasado pudieron haber sido focos de tensión. A principios de semana, Irán capturó dos lanzas patrulleras de la marina estadounidense cuando habían entrado en aguas iraníes en el Golfo Pérsico. Irán puso en libertad los barcos y sus tripulaciones el día siguiente después de intensas negociaciones privadas. Luego, el sábado, mientras se implementaba el acuerdo nuclear, Estados Unidos e Irán intercambiaron prisioneros (Irán había detenido a cinco estadounidenses, Estados Unidos a siete iraníes).
La administración de Obama y muchos miembros de la clase dominante (entre ellos el New York Times) aclamaron estos acontecimientos como un triunfo de la paz y las negociaciones en lugar de la guerra y la muerte, y una situación en que ganan ambos lados, Estados Unidos e Irán, así como la región y el mundo. En su discurso del estado de la unión, Obama elogió el acuerdo con Irán como un ejemplo de un “enfoque más inteligente” de la estrategia de Estados Unidos “que utiliza todos los elementos de nuestro poder nacional”. Dijo que “en cuestiones de interés mundial, vamos a movilizar al mundo a trabajar con nosotros, y asegurarnos de que otros países cumplen su parte.... Por eso hemos construido una coalición mundial, con las sanciones y la diplomacia de principios, para evitar que Irán llegue a poseer armas nucleares. Mientras hablamos, Irán ha revertido su programa nuclear, exportado sus reservas de uranio, y el mundo ha evitado otra guerra”.
Cuatro puntos importantes para entender:
Los gobernantes de Irán y Estados Unidos no están actuando para garantizar la paz y la cooperación, sino que están actuando para preservar sus intereses y su papel dentro de un mundo de explotación y opresión y de la competencia de la jungla entre los intereses y potencias en contienda. En el caso de Estados Unidos, esto significa mantener su dominio del Medio Oriente.
Los gobernantes de Estados Unidos e Irán llegaron a este acuerdo para tratar de forjar maneras de lidiar con una maraña de contradicciones que enfrenta cada uno en una región que es un lío infernal para el pueblo sin ninguna buena opción para las potencias reaccionarias. Las maniobras que los gobernantes de Estados Unidos han hecho en la región han empeorado la situación para ellos.
Estas maniobras están llenas de todo tipo de riesgos y peligros potenciales, no sólo para las partes en este acuerdo, sino para toda una mezcla de potencias y fuerzas contendientes.
En parte debido a esos riesgos, este acuerdo es un elemento en los conflictos dentro de las clases dominantes de tanto Estados Unidos como Irán, y sirve para intensificar esos conflictos.
Y todo esto plantea la necesidad de que la gente desmienta las malditas tonterías, entienda la posible explosividad en esta situación, y trabaje para sacar de esta locura un mundo completamente diferente, lo que incluye aprovecharse de aberturas potenciales para la revolución que podrían producirse, inclusive de maneras impredecibles.
Los intereses de las clases dominantes
Su dominio del Oriente Medio ha sido una pieza clave en la posición del imperialismo de Estados Unidos como la dominante potencia imperialista del mundo desde la Segunda Guerra Mundial. Hoy los gobernantes de Estados Unidos se enfrentan a un conjunto complejo, entretejido e impredecible de desafíos, que van desde el acenso y las maniobras de potencias mundiales como Rusia y China, hasta la aparición de los yihadistas islámicos con sus propios programas reaccionarios que están en conflicto con los de Estados Unidos. Durante el régimen de George W. Bush, hubo un intento por parte de los gobernantes de Estados Unidos de aplastar estos conflictos por medio de las invasiones masivas de Afganistán e Irak, invasiones que resultaron ser un desastre para Estados Unidos. Nuevos y más virulentos grupos de Yihad reaccionaria han surgido, potencias rivales han chocado con Estados Unidos, y ha habido estrés y tensiones con los aliados como Israel y Arabia Saudita.Dentro de todo esto, el surgimiento de la República Islámica de Irán ha planteado un gran desafío ante los gobernantes de Estados Unidos. Irán ha patrocinado, apoyado o servido de impulso para las fuerzas reaccionarias islámicas en Irak, Palestina, Líbano, Yemen y otros lugares. Tanto Irán como Rusia respaldan al régimen de Bashar al-Assad en Siria.
Estados Unidos atacó a la República Islámica de Irán con crueles “sanciones” cuyo impacto más importante ha sido el intensificado sufrimiento del pueblo iraní, con el objetivo de aislar y desestabilizar el régimen. Estas sanciones y otras medidas han tenido un impacto y creado problemas reales para el funcionamiento y la estabilidad de la clase dominante iraní.
En gran parte del Medio Oriente y más allá, Estados Unidos y su aliado Arabia Saudita están involucrados en conflictos contra Irán por medio de terceros. Al mismo tiempo hay varios lugares donde Estados Unidos e Irán tenían acuerdos para combatir a enemigos mutuos como el Estado Islámico.
Con tanto los gobernantes de Estados Unidos como los de Irán enfrentándose a enormes desafíos, sectores de las clases dominantes en cada país se han manifestado en favor del acuerdo nuclear, con la intención de llegar a una cooperación más amplia.
Los riesgos impredecibles para los gobernantes
Con respecto a los gobernantes de Irán, su legitimidad y credibilidad se han basado en hacerse pasar por fuertes oponentes al “Gran Satán”. Y están envueltos en conflictos con las fuerzas respaldadas por Estados Unidos en la región (incluso al mismo tiempo cooperando en cierta medida con Estados Unidos en Irak contra el Estado Islámico). Y hay sectores de la clase dominante iraní que ven peligros potencialmente fatales en estrechar los lazos con Estados Unidos
Por estas y otras razones, tanto en Estados Unidos como en Irán, hay fuerzas importantes en ambas clases dominantes (representadas en Estados Unidos en un gran medida por los republicanos, y en Irán por la Guardia Republicana y otras fuerzas islámicas de “línea dura”) en feroz oposición al acuerdo nuclear y los acontecimientos asociados con la relación entre Irán y Estados Unidos
Estos conflictos no tienen nada que ver con “la paz en lugar de la guerra” o “la diplomacia en lugar de la guerra”, por no hablar de los intereses de los pueblos de la región o del mundo. En particular, la clase dominante de Estados Unidos se pelea entre sí acerca de cómo hacer frente a los peligros para su imperio en la región sin involucrarse de tal grado que otras potencias (imperialistas) saquen ventaja en otros lugares, ni hacer de las cosas un lío tan grave que el orden dominante se desmenuce y genere nuevas y aún más impredecibles contradicciones (como ha sucedido en Irak, Libia y Siria).
Sus intereses contra los de la humanidad
Vea también:
"Por qué NO debemos animar a nuestros propios gobernantes... y por qué más vale que PIERDAN sus guerras" de Larry Everest
No hay nada de positivo en ninguna parte de esto para la gran mayoría de la humanidad. Y en lugar de apoyar a ninguna facción de la clase dominante de Estados Unidos, incluidos los que Obama representa, hay una gran necesidad de que la gente en este país deje de identificarse con “sus propios” gobernantes y, en vez de eso, luche por un tipo de mundo totalmente diferente, libre de explotación y opresión. Acontecimientos impredecibles que surgen de este acuerdo podrían —con un movimiento revolucionario con una vanguardia comunista revolucionaria como núcleo— formar parte de las condiciones que hagan posible un intento serio de hacer una revolución.
El acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán es un intento de preservar los intereses de clases dominantes reaccionarias. Pero como ya hemos comenzado a explorar aquí, y que hemos analizado en la cobertura continua de este acuerdo en www.revcom.us, es una medida cargada de problemas para ambos lados y más allá — con enormes riesgos y peligros para ellos, los que incluyen la posibilidad de reveses dramáticos que podrían abrir la puerta para el trabajo acelerado para una revolución. Preparar para aprovecharse de una oportunidad de este tipo requiere explicar y denunciar la verdadera naturaleza de este acuerdo, oponer resistencia a los crímenes de “nuestra” clase dominante, y preparar al pueblo, preparar al terreno, y preparar a la vanguardia para una revolución concreta.
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